domingo, 21 de noviembre de 2010

La Magia en Roma




Resulta complejo distinguir entre religión y magia en la antigüedad. Según Plinio, la magia es un “arte falaz mezcla de medicina, religión y astrología”.
Se sabe que la magia que se practica en Roma viene de oriente y posee elementos de Egipto, Grecia y Mesopotamia, aunque también está constatada la existencia de magia indígena anterior a estas influencias exteriores. Ya en la Ley de las XII Tablas se condena la práctica de la magia, si bien la condena estaba dirigida hacia un ritual concreto que intenta arruinar la cosecha del vecino, o traspasársela a uno mismo.
La diferencia fundamental entre religión y magia se encuentra en el orden jurídico: la magia no es legal mientras que la religión sí que lo es. La práctica de la magia siempre es castigada, incluso con la muerte, y los libros de magia son quemados. Sin embargo y a pesar de estos castigos, la magia se sigue practicando en Roma en todas las clases sociales.
Otros elementos que distinguen magia y religión son:
- La magia es manipuladora mientras que la religión es suplicante.
- La práctica mágica obedece a intereses individuales mientras que la religión obedece a intereses comunitarios.
- Con la magia se realizan operaciones privadas y secretas mientras que en los rituales religiosos se realizan al aire libre y a la vista de todo el mundo.
- La magia intenta obligar a los dioses mientras que la religión es persuasiva.
En cuanto al vocabulario latino relacionado con la magia nos encontramos con varios términos: maleficus hace referencia a los hechiceros, magus se utiliza con hechiceros con el matiz de criminal, sagae se usa con brujas y striges se aplica a brujas vampiresas.
A partir de la segunda Guerra Púnica, los ritos mágicos procedentes del extranjero penetran en Roma de forma abundante, muchas personas acuden a estos hechiceros en busca de ayuda.
La magia utilizada en Roma se clasifica en cuatro tipos :
- Magia protectora (apotropaica).
- Magia agresiva y malevolente.
- Magia amorosa / de adquisición de poder.
- Adivinación mágica. (Necromancia)

Adivinación mágica. Necromancia:
La necromancia consiste en la predicción del futuro a través de la comunicación con los muertos. Se puede efectuar de tres formas:
- Mediante la invocación del espíritu de un muerto .
- Operando directamente sobre los restos mortales.
- Descendiendo a los infiernos.

A partir de ahora nos centraremos en la adivinación mediante la operación sobre los restos mortales. El ámbito en el que nos encontramos este tipo de necromancia corresponde a textos literarios de la época imperial de entre los siglos I y V d.C. y procedentes de distintos géneros literarios. Este curso trabajaremos con las escenas de Necromancia de La Farsalia de Lucano y El asno de oro de Apuleyo.

La Farsalia.

Escrita por Marco Anneo Lucano, nacido en Córdoba en el 39 d.C. y sobrino de Séneca. Fue llamado a Roma por su tío en el 54 d.C. para incorporarse a la corte imperial y, debido a su capacidad para la poesía, tiene acceso a privilegios tales como el ser nombrado augur. Más tarde, se une a una conjura contra el emperador, Nerón, y éste “le invita a darse muerte”.
La única obra que se conserva de Lucano es la Farsalia, un poema épico que narra los acontecimientos de la guerra civil entre César y Pompeyo. La obra está incompleta, no se sabe si porque no se escribió o porque se perdió. Nosotros vamos a tratar un párrafo del libro VI, que se inicia con los preparativos de la batalla final, en el que el hijo de Pompeyo, Sexto, se va a dirigir a una bruja llamada Ericto, para preguntarle por la suerte de su ejército.

El Asno de Oro.
Escrita por Apuleyo, nacido en Madaura (al norte de África) en el 125 d.C.. Acude a Roma para acabar sus estudios de abogado y, después, comienza a ejercer como abogado. Se casa con la madre de un amigo suyo, una viuda muy rica, y es acusado de seducir a esta mujer mediante las artes mágicas. En una de sus obras, De Magia, se defiende de las acusaciones vertidas sobre él. Además de esta obra también escribe tratados filosóficos y la obra que vamos a estudiar El Asno de Oro, también llamada Las Metamorfosis. El Asno de Oro trata de un joven, Lucio, que bebe una poción amorosa y que, en vez de convertirse en un ser hermoso, se convierte en asno; a partir de entonces, el personaje recorre las ciudades en busca de alguien que le pueda convertir de nuevo en un hombre. Finalmente, Isis le devuelve a su forma y Lucio se convierte a su religión. A esta historia principal se le intercalan una serie de cuentos y el que nos ocupa trata sobre la historia de Telesforo (Telifron), un joven que llega a la ciudad de Larisa (Tesalia) y que recibe un curioso encargo: vigilar a un muerto para que no se le lleven las brujas.



Las partes de una ceremonia mágica son :

OFICIANTE Y LUGAR
RITOS PRELIMINARES
ACTITUD DEL CADÁVER (si es una escena de necromancia)
RITOS COERCITIVOS
ENCANTAMIENTO PRINCIPAL
RITOS DE SALIDA.

Trabajo personal: lee esta introducción y los capítulos de Apuleyo y Lucano. Busca en ellos similitudes y diferencias y las partes de la ceremonia mágica.
Y si quieres completar tus conocimientos pincha en el interesante Taller de Magia y adivinación de Fernando Lillo y Salva Muñoz

sábado, 20 de noviembre de 2010

LOS PRODIGIOS EN ROMA




“Dignos de especial admiración son también los prodigios que, bajo el consulado de Gayo Volumnio y de Servio Sulpicio, tuvieron lugar en nuestra ciudad de Roma siempre que se iban aproximando las discordias y las guerras. En cierta ocasión, un buey se puso a hablar como un hombre en lugar de mugir y llenó de espanto, por la novedad del fenómeno, el corazón de cuantos lo oyeron. También cayeron trozos de carne, esparcidos como gotas de lluvia; la mayor parte de los pedazos fue devorada por las aves de rapiña, pero el resto permaneció sobre la tierra durante varios días, sin producir mal olor y sin corromperse (461 a. C.). En otra de las revueltas se prestó crédito a prodigios semejantes. Se decía que un niño de seis meses había gritado ¡triunfo! En el mercado de reses bovinas (217 a. C); que otro había nacido con cabeza de elefante; que en el Piceno habían caído piedras en forma de lluvia (209 a. C.); que en la Galia un lobo había robado, sacándola de la vaina, la espada de un centinela; que en Cerdeña dos escudos habían sudado sangre, que cerca de Ancio habían caído espigas ensangrentadas en el cesto de los segadores; que la fuente de Ceres había manado agua mezclada con sangre (a. C.). También quedó constancia de que, durante la segunda guerra púnica, un buey de Cneo Domicio había dicho: “ Roma, ten cuidado”. 1

Son palabras de la obra de Valerio Máximo, Facta et dicta memorabilia2, una obra de la época imperial destinada a las escuelas de retórica, para las que, en nueve libros, el autor sistematizará materia apta para las conversaciones de los ambientes cultos con anécdotas de tipo histórico y argumentos procedentes de tiempos lejanos. El libro primero de la obra, trata de las prácticas religiosas tanto romanas como extranjeras, y dedica un amplio apartado a los prodigios, auspicios y pronósticos. La cultura científica del romano permanecerá durante largo tiempo limitada, condenado como estaba a ver llover por todas partes, alrededor de sí, prodigios, sin poder descifrarlos. El mundo celeste y el terrestre, el dominio de los animales y de las plantas, y la misma sociedad humana presentaban constantemente a sus ojos fenómenos que no podía explicar y en los que el romano veía una transgresión de las leyes de la naturaleza y una mancha para la comunidad. Los textos latinos conservan el recuerdo de estos innumerables temores, naturalmente exacerbados en los momentos de peligro o de guerra. 3
Es un hecho conocido la gran credulidad de Roma respecto de los fenómenos considerados como sobrenaturales. El romano acepta una gran multitud de acontecimientos divinos, los distingue, los clasifica y busca la forma de expiarlos ya que cree que el prodigio significa la ruptura de la paz con los dioses, algo catastrófico para la ciudad y sus habitantes.4
El prodigio es un signo terrorífico de la cólera de los dioses y suscita en los hombres un sentimiento de horror5. Existen diferentes nombres latinos del prodigio, la diferencia terminológica conlleva ciertos matices de significación6 : prodigium es el término más generalmente utilizado, ostentum y portentum hacen referencia a fenómenos extraordinarios de la naturaleza inanimada, mientras que monstrum y miraculum se aplican a las anomalías de los seres vivos7. Originariamente, para los romanos no existía un prodigio bueno8 , sin embargo, con el tiempo y por influencia etrusca y griega, los prodigios pueden llegar a tener distintos valores: desde el funesto al favorable9.
1.-PRODIGIOS DE LA NATURALEZA INANIMADA
En el cielo. Eclipses de sol y de luna, variaciones aparentes de color y de tamaño, aparición de círculos en torno del disco lunar o solar, cometas, meteoros, el incendio del cielo, el cielo que parece abrirse y deja pasar una intensa luz, las nubes que parecen animarse y adoptan extrañas formas.
El rayo sólo se considera prodigio cuando provoca la muerte de animales o de hombres y cuando cae sobre lugares públicos y consagrados. El trueno, cuando estalla en un cielo sereno, y, la tempestad cuando se produce de forma violenta y provoca estragos en templos o en lugares consagrados. Asimismo se incluye en el apartado de prodigios celestes las lluvias de materias insólitas: lluvias de piedras, de tierra, de carne, de sangre, de leche…
En la tierra. El agua de lagos, de fuentes o de ríos teñida de sangre. Armas, estatuas o altares se cubren de sudor, a veces sanguinolento y las estatuas de los dioses lloran. Los temblores de tierra son la causa, a su vez, de otros prodigios: rumores subterráneos, movimientos de objetos sagrados como las lanzas de Marte, apertura de las puertas de los templos. También la aparición de fuegos imprevistos.



2. PRODIGIOS DEL MUNDO ANIMADO
Animales y plantas. Aparición de animales insólitos en las ciudades, y sobre todo en lugares consagrados. Las malformaciones que se presentan en el reino animal son consideradas prodigios muy graves ya que suponen no sólo una ofensa a las leyes biológicas sino una alteración del orden cósmico10. A veces, los animales hablan y estos animales milagrosos eran considerados de forma diferente a los otros monstruos de la naturaleza, se mantenían rodeados de un religioso respeto y de cuidados especiales.
Por último, el hígado de las víctimas puede presentar anomalías, lo que se considera un espantoso prodigio11.


Hombres. En cuanto a los seres humanos, los casos tanto de hermafroditismo como de niños monstruosos se consideraban manchas nefastas. Hambrunas y epidemias eran también consideradas plagas divinas.
3.-EL REMEDIO: LA “PROCURATIO PRODIGIORUM”
La proliferación de prodigios tiene como consecuencia necesaria la aplicación de remedios religiosos que liberan al hombre del temor y lo reconcilian con los dioses ofendidos. Uno de los rasgos más característicos de la religión de Roma es el de una sólida procuratio prodigiorum, o conjunto de medidas tomadas por los hombres después de un fenómeno maravilloso. El primer paso lo constituye la observación del prodigio por un testigo, un simple ciudadano, un magistrado o un sacerdote. Estos testigos anuncian a los cónsules los prodigios observados, lo que constituye la nuntiatio, mediante la cual la noticia se pone en conocimiento de las más altas autoridades de Roma12 . El cónsul lee un informe, (relatio), y consulta al senado sobre la situación, (consulere senatum de prodigiis). El senado escucha, delibera y vota un decreto por el cual declara encargarse oficialmente de los prodigios anunciados (suscipere prodigia). A partir de este momento el procedimiento puede variar: ante prodigios frecuentes y de escasa importancia el senado mismo ordena de inmediato las ceremonias que le parezcan pertinentes, ante prodigios graves, se acude a los especialistas en procuraciones, es decir, a los pontífices, sacerdotes tradicionales de la religión romana, fieles guardianes del culto nacional, a los Libros Sibilinos, un conjunto misceláneo de prescripciones rituales y textos oraculares que, según la leyenda, la Sibila de Cumas llevó a Roma durante el reinado de Tarquino el Soberbio, custodiados y consultados por los Viri sacris faciundis, su contenido constituía un secreto cuya divulgación se penaba con extremo rigor13, y su consulta era de la exclusiva competencia de este colegio sacerdotal, en neta oposición al carácter público de los oráculos griegos14 o a los arúspices, sacerdotes que en Etruria habían desempeñado un papel fundamental pero que en Roma tenían tan solo una función consultiva. Su técnica adivinatoria es de origen etrusco, conocida con el nombre de haruspicinae disciplina. Se encontraba recogida en unos libros: los libri haruspicini que trataban del exámen de los exta -entrañas de los animales sacrificados-, los libri fulgurales sobre la observación de los rayos -fulgura- y los libri rituales, divididos a su vez en libri acheruntici –libros de los muertos, semejantes a los del Antiguo Egipto- ,y ostentaria –relativos a los ostenta, a los prodigios-.
No es raro tampoco que varios especialistas sean consultados a la vez15 . Una vez que los especialistas daban a conocer su respuesta (responsa)16, en la que se identificaba al dios ofendido y se exponían públicamente sus reclamaciones (postiliones-postulationes), por último, se proponían las ceremonias expiatorias : sacrificios, ofrendas, erección de estatuas, juegos, suplicaciones… El senado celebraba una segunda sesión y ordenaban el cumplimiento de los ritos propuestos. El signo de la cólera divina era así controlado, y, como vemos es el Estado quien toma cartas en el asunto. A partir de este momento, la vida de la ciudad puede retomar su ritmo normal.
NOTAS
Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables, Edición, introducción y traducción de Fernando Martín Acera, Madrid, Akal, 1988.
2 “ Praecipuae admirationis etiam illa prodigia quae C. Volumnio, Ser. Sulpicio consulibus in urbe nostra inter initia motusque bellorum acciderunt. Bos namque mugitu suo in sermonem humanum converso novitate monstri audientium animos exterruit Carnis quoque in modum nimbi dissipatae partes ceciderunt, quarum maiorem numerum praepetes diripuerunt aves, reliquum humi per aliquot dies neque odore taetro neque deformi aspectu mutatum iacuit. Eiusdem generis monstra alio tumultu credita sunt, puerum infantem semestrem in Foro Boario Triumpum clamasse, alium cum elephantino capite natum, in Piceno lapidibus pluisse, in Gallia lupum vigili e vagina gladium abstulisse, in Sicilia scuta duo sanguinem sudasse, etiam metentibus cruentas spicas in corbem decidisse, Caerites aquas sanguine mixtas fluisse. Bello etiam Punico secundo constitit Cn. Domitii bovem dixisse “ Cave tibi Roma “.
3 Henri-Charles Puech, Historia de las religiones S. XXI, vol. 3.Ediciones S.XXI, Madrid, 1984, p 243.
4“ Los prodigios no anunciaban como en Grecia un porvenir prefigurado y preciso sino solamente que la paz con los dioses se había roto, dejando una mancha profunda sobre la ciudad que los había padecido o que había sido testigo de ellos. Todo debe ponerse en acción en tales momentos para lavar esa mancha ritual y peligrosa y apaciguar a los dioses con ceremonias expiatorias y propiciatorias”. Ibidem. p. 242.
5 Raymond Bloch, Los prodigios en la antigüedad clásica, Biblioteca de Cultura Clásica, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1968, p. 106
6 Las tentativas hechas por los antiguos gramáticos y los eruditos modernos para establecer la distinción semántica de estos sinónimos no ha dado el resultado apetecido, como piensa C. Thulin, Synonima quaedam latina (prodigium, portentum, ostentum, monstrum), en Comment. Philologiae in honorem Joh. Paulson, Göteborg, 1905, así, por ejemplo, Liv. I, 55, 5 llama prodigium el hallazgo de la cabeza de Tolo, que Floro califica de monstrum, Floro I, 7. Cf. J. Guillen, Urbs Roma, Vol. III, Salamanca, Sígueme, 1985, p. 138. Sobre el mismo tema ver: Celestina Milani, “Note sul lessico della divinazione nel mondo classico” pp 31-49, La profezia nel mondo antico, Marta Sordi ed., Milano, 1993, un estudio sobre el mundo de la adivinación en el mundo greco-romano desde el punto de vista lingüístico.
7 Bloch, Op. cit. p.104
8 Wülker, L.Die geschichtliche Entwicklung des prodigiewesens bei den Römern; Studien zur Geschichte und Überlieferung der Staatsprodigien, Diss. Leipzig, 1903, p.190.
9 Wülker, op. cit. p.86
10 Bloch, op. cit.p.85
11 Es bien sabido que los sacrificios en Roma contaban con un examen de los exta, las visceras, realizado por el arúspice, haruspex es una palabra híbrida de etrusco y latín (haru-, intestino, tripa, hígado). La técnica de estos sacerdotes etruscos se llama hepatoscopia procedente de Babilonia y Asiria, una complicada técnica adivinatoria basada en la inspección de los lóbulos superiores e inferiores del hígado de la víctima sacrificada, juntamente con sus apéndices, la vesícula biliar, el conducto cístico, el hepático, la vena y la “porta hepatis”. Las señales de la derecha del hígado se consideraban como de buen augurio y las de la izquierda como de malo; una vesícula hinchada indicaba aumento de poder y una depresión en la porta, pérdida del mismo. Esta práctica llegó al mundo grecorromano a través de Etruria. Cf. E. O. James, Los dioses del mundo antiguo, Madrid, Guadarrama, , p.275.
12 Uno de los cónsules hace, a comienzos de año, un informe al senado sobre los prodigios anunciados. Este informe se realiza antes de que los cónsules se pongan al frente de los ejércitos y, a veces, retrasará la partida. Consulem T. Quinctium…properantem in prodigia nuntiata atque eorum procuratio Romae tenuerunt. Liv.XXXII,9.
13 Cicerón, De divin. II 54,112; Lactancio, Div. ins. I 6, 13.
14 Luis Gil, Censura en el mundo antiguo, Madrid, Alianza, 1985, p. 99
15 Cf. Yves Bonnefoy, Diccionario de las mitologías, vol. III, Barcelona, Destino, 1997, p. 225.Una de estas dobles consultas se inscribe en el período de tensión que precede a la guerra contra el rey de Macedonia, Perseo. La consulta fue provocada en el 172 a.C. por un prodigio: la caída de la columna rostral erigida en el Capitolio ( que recordaba por sus rostra - espolones de los navíos capturados - una victoria naval). De inmediato, “el senado dio la orden a los arúspices de hacer un informe y a los decenviros a consultar los Libros Sibilinos. Los intérpretes de la Sibila propusieron una medidas de purificación: “era preciso proceder a una lustración de la ciudad, organizar unas súplicas y plegarias solemnes, sacrificar víctimas mayores en el Capitolio, en Roma y en el promontorio de Minerva ,en la Campania; Debían celebrarse unos juegos durante diez días, lo antes posible en honor de Júpiter Optimo Máximo.” Tito Livio, XLII 20,3. Los arúspices no vacilaron en predecir el futuro: “este prodigio terminará bien, presagia una extensión de las fronteras y el exterminio de los enemigos.” Tito Livio, XLII 20,4.
16Guillén, op . cit. p.139.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

MENÚ DE TODOS SANTOS

El 1 de noviembre, día de la festividad de Todos Santos, celebrada de diferente manera por todo el mundo. Desde el punto de vista culinario, también son muchas las formas de festejar este día: huesos de mazapán, buñuelos rellenos, panellets, pasteles de boniato, frutos secos tostados, pestiños, etc. No obstante, es difícil conocer qué menús servirían los antiguos romanos en las fiestas en las que recordaban a sus seres queridos que, como ya comentamos, eran muchas.

En el ámbito público, el Estado marcaba las siguientes festividades:


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Las PARENTALIA, desde el 13 al 21 de febrero. Los templos estaban cerrados y estaba prohibido celebrar bodas, pues lo importante era conmemorar a los muertos de los parientes más cercanos ofreciendo ante sus tumbas vino puro, agua, miel, leche y ofrendas florales.
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Las FERALIA, el día 21 de febrero. Con esta fiesta se cerraban las Parentalia.
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Las CARISTIA o CARA COGNATIO, “Querido Pariente”, el día 22 de febrero. Se llevaban ofrendas a los difuntos para agradecer a los dioses tutelares el estar todavía vivos y cenaban todos en familia.
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Las VIOLARIA, el día 22 de marzo. En esta festividad se ofrendaban violetas a los muertos para garantizar su bienestar.
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Las LEMURIA, días 9, 11 y 13 de mayo. Celebradas en honor a los espíritus de todos los muertos. Se trataba de un festividad pública con rituales de los que no nos hay mucha información, salvo la celebración privada que llevaba a cabo el pater familias, al levantarse a media noche, con los pies descalzos y las manos limpias, va escupiendo a sus espaldas nueve habas negras. Tras escupir y mirando a otro lado, repetía en voz alta: “con éstas me rescato a mí y a los míos”. Se creía que los espíritus se comían las legumbres, arrastrándose detrás de él. Sin girarse, se lavaba de nuevo las manos y realizaba un estruendo ruido. Después, pronunciaba nueve veces “espíritus ancestrales, alejaos”, con esto, los espíritus dejaban de vagar por la casa y desaparecían.
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Las LARIBIUS, el día 1 de mayo. Fiesta en honor de las almas de los antepasados.
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Las ROSARIA, el día 23 de mayo. Como bien indica su nombre, se ofrendaban rosas a los difuntos.

Además de estas fiestas fijadas en el calendario romano, sabemos que eran frecuentes, los sacrificios, los repartos de carne para el pueblo (visceratio), los banquetes públicos y la celebración de Ludi Scaenici (principalmente, Gladiatorii) en honor a los difunto de elevado estatus social.

Paralelamente a las fiestas públicas, también comentamos que en el ámbito privado el pater familias actuaba como “sacerdos” de la casa, con un banquete fúnebre tras la muerte de un familiar, llamado silicernium, donde se servían huevos, apio, habas, legumbres, lentejas, sal y aves de corral.

Pasados nueve días del entierro, los familiares y amigos se reunían en una Cena Novendialis narrada por Petronio, Satiricón, 65 y 66: “Bueno, pero ¿qué es lo que habéis cenado?-pregunta Trimalción: Recuerdo que empezamos por un cerdo coronado con salchichas; a su alrededor había morcillas y además butifarras, y también mollejas muy bien preparadas; todavía había alrededor acelgas y pan casero, de harina integral, que, para mí, es mejor que el blanco. […] el plato siguiente fue una tarta fría cubierta de exquisita miel caliente de España. […] a su alrededor había garbanzos y altramuces, nueces a discreción y una manzana por persona. […] Como plato fuerte tuvimos un trozo de oso. […] si el oso puede comerse a la humana criatura con mayor razón el hombre puede comerse al oso. Por último tuvimos queso tierno, mistela, un caracol por persona y unos trozos de tripa, y unos higadillos al plato, y huevos con caperuza y nabos, y mostaza y un plato de mierda: ¡Basta ya Palamedes! (* frase que se empleaba para finalizar las enumeraciones). También pasaron una bandeja con aceitunas aliñadas. […]En cuanto al jamón se lo perdonamos”.

Como vemos en todas estas fiestas hay una presencia de flores (como ocurre en la actualidad) y ciertos alimentos básicos (legumbres, leche, miel, frutos secos, huevos, apio, aves de corral, dulces,…)

Si os apetece vamos a recrear un menú de Todos Santos partiendo de los platos que nos ha transmitido Petronio adaptándolos a la actualidad. Como hemos dicho, se trata de una recreación por lo que le vamos a dar forma de “cena romana”.

Siguiendo la costumbre romana empezaremos por los huevos y acabaremos por la manzana (ab ovo usque ad mala). Sin olvidar, en ningún momento, las libaciones y las ofrendas a nuestros seres queridos de cualquiera de estos alimentos: unos granos de cereales, lentejas, habas, vino puro, miel, leche, agua, unas gotas de aceite de oliva, queso, sal, huevos, frutas rojas como la granada, pasteles de miel, gachas, uva, etc.


Tras ofrendar a los muertos, podemos empezar nuestro banquete de TODOS LOS SANTOS.

Como GUSTATIO o entrantes, serviremos alimentos que nos estimulen el apetito, por lo que vamos a presentar:

Para acompañar a los platos un buen pan casero de harina integral, aceitunas aliñadas, altramuces y jamón.

BANDEJA DE HUEVOS DUROS

Tras hervir los huevos, los serviremos con una salsa de aceite, garum y pimienta.


NABOS CON MOSTAZA

Hervir unos nabos con piel. Ya cocidos quitar la piel y cortarlos en rodajas. Ya fríos se sirven con una salsa hecha con mostaza, aceite, comino, eneldo y pimienta.


CARACOLES

Sofreír unos caracoles en aceite de oliva. Ya sofritos, servir con una salsa hecha de piñones tostados y picados, ajos fritos y pimienta.

GARBANZOS ALIÑADOS

Tras cocer unos garbanzos los serviremos con sal, aceite, comino y un poco de vino puro.

LENTEJAS CON CASTAÑAS

Cocer con agua y un poco de bicarbonato sódico unas castañas peladas. En un mortero picar pimienta, comino, cilantro, menta, apio y poleo; machacar bien y empapar con vinagre, miel y garum. Verter sobre las castañas cocidas. Añadir aceite y poner a hervir. Cuando esté todo bien cocido machacar en el mortero y aderezar con esta salsa las lentejas ya cocidas. Servir y aliñar con aceite verde.


Todos estos entrantes se remojarán con un MULSUM tibio basado en vino cocido con miel.

Durante la PRIMA MENSA o plato central serviremos carnes, en este caso, cochinillo y pollo.


COCHINILLO CON VERDURAS

Rellenar un cochinillo con carne picada de pollo y de cerdo, salchichas ahumadas, dátiles picados, apio picado, puerros, cilantro, pimienta, nueces picadas, huevos para poder amasar bien. Cocinar el cochinillo al horno y servir con pimienta y miel.

POLLO EN SU SALSA

Cocinar un pollo con una salsa de pimienta, comino, romero, eneldo, menta, y jengibre. Añadir a las especias molidas vinagre, dátiles machacados y un poco de miel. Mezclar bien y poner a hervir hasta que reduzca.

ACELGAS como acompañamiento


Cocinar unas acelgas con poco agua. Ya cocinadas se sirven con una salsa de cilantro, comino, uvas pasas en remojo, aceite y vinagre.


Terminaremos con los postres o SECUNDA MENSA que tomaremos con un vasito de mistela Nueces con mielServir unas nueces caramelizadas con miel.


TARTA FRÍA CON MIEL CALIENTE

Sobre una base de hojaldre colocar diferentes frutos secos tostados, pasas y dátiles. Servir con miel caliente por encima.


QUESO ENDULZADO CON MIEL

Contar tiras gruesas de queso, Servir combinar con miel y pimienta.


Acabaremos nuestro menú de Todos Santos con unas MANZANAS CON FRUTOS SECOS

Servir unas manzanas asadas con nueces, piñones, orejones y miel. Espolvorear con pimienta


Prosit!!

Plurimam salutem!

Tomado de De re coquinaria.Blog sobre cocina romana antigua y otros aspectos del mundo antiguo, principalmente su legado en la actualidad.http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com/

martes, 16 de noviembre de 2010

RITOS DE TRÁNSITO: EL CULTO A LOS MUERTOS EN ROMA



La familia romana estaba tan unida que al fallecer uno de sus miembros pasaba a formar parte de los antepasados a los que había que rendir culto. Ya era uno de los protectores de la familia, los Manes. El funeral daba inicio en casa del difunto. La familia acompañaba al moribundo a su lecho, para darle el último beso y retener así el alma que se escapaba por su boca. Tras el fallecimiento, se le cerraban los ojos y se le llamaba tres veces por su nombre para comprobar que realmente había muerto. A continuación se lavaba el cuerpo, se perfumaba con ungüentos y se le vestía. Siguiendo la costumbre griega se depositaba junto al cadáver una moneda para que Caronte transportara su alma en barca y atravesar así la laguna Estigia hacia el reino de los muertos. Finalmente el cuerpo del difunto se colocaba sobre una litera con los pies hacia la puerta de entrada, rodeado de flores, símbolo de la fragilidad de la vida y se quemaban perfumes. Según la condición social permanecía expuesto de tres a siete días. En la puerta de la casa se colocaban ramas de abeto o ciprés para avisar a los viandantes de la presencia de un muerto en el interior. Como señal de duelo evitaban encender fuego en la casa.
EL CORTEJO FÚNEBRE.
Hasta finales del Siglo I, el funeral era celebrado por la noche a la luz de las antorchas, ya que la muerte era un suceso desgraciado y contaminante. A partir de esta fecha comienzan a realizar los ritos por el día, excepto los de los niños, suicidas e indigentes. Detrás del difunto se situaba el cortejo fúnebre formado por el resto de la familia y sus amigos. A veces se acompañaban de músicos que tocaban trompetas y flautas o de mujeres que expresaban el dolor llorando o golpeándose en el pecho.
La ceremonia se celebraba sobre una pira con forma de altar, sobre la que se depositaba el cadáver. Antes de quemar el cadáver se le cortaba un dedo y se arrojaban tres puñados de tierra que simbolizaban su enterramiento. Como manifestación de dolor los familiares y amigos más íntimos arrojaban sobre la pira ofrendas de alimentos y perfumes. Se le nombraba por última vez y volviendo la cara se incendia la pira con las antorchas llevadas en el cortejo fúnebre. El rito concluía vertiendo agua y vino sobre la pira. Se despedía a los asistentes y éstos se despedían del difunto deseándole que la tierra le fuera leve.



MONUMENTOS FUNERARIOS
Una vez consumida la pira, los familiares recogían en una tela blanca los huesos calcinados y los enterraban en una urna o los depositaban en una vasija para depositarlo en un columbario. La tumba adquiría la categoría de altar, símbolo de la vida sedentaria. Debía de estar en el suelo y no podía cambiar de lugar, ya que los Manes exigían una morada fija a la que estaban vinculados todos los difuntos de la familia. El espacio del enterramiento, sepulchrum, adquiría el carácter de lugar sagrado, locus religiosus, inamovible, inalienable e inviolable. La tumba se consagraba con el sacrificio de una cerda y una vez construida se llamaba tres veces al alma del difunto para que entrara en la morada que se le había preparado.
Las tumbas estaban dotadas de elementos para poder celebrar banquetes funerarios con los que sus seres queridos honraban al difunto. Frecuentemente se realizaban ofrendas de huevos, judías, lentejas, leche, miel y vino. El vino era un sustituto apropiado de la sangre, la bebida favorita de los muertos.
La creencia de otra vida tras la muerte motivaba que el individuo fuera enterrado con objetos que había utilizado en vida y que ahora podían acompañarle y servirle en esta nueva vida: ropa, cerámica, utensilios de trabajo, etc. Junto a estos objetos también se colocaban otros relacionados con el ritual funerario: la lucerna que iluminaba el camino hacia el más allá, la moneda para pagar a Caronte, recipientes para alimentos o ungüentarios para los perfumes.
A finales del S II, principios del S III las incineraciones fueron sustituidas por las inhumaciones en todo el Imperio, excepto los enterramientos infantiles que continuaban incinerándolos.
Durante los nueve días siguientes al funeral, se realizaban ritos que finalizaban con una comida y el sacrificio de un animal. Los alimentos y la sangre de los animales sacrificados eran ofrecidos a los antepasados del difunto, los dioses Manes, y al individuo fallecido para así divinizar su alma y situarla junto a las divinidades protectoras de la familia.
El tiempo de luto para los familiares directos era de diez meses y no podían realizar fiestas ni utilizar adornos. Las atenciones al difunto seguían continuando después de este tiempo para asegurar su descanso eterno. Las ofrendas de comida: pan, vino, frutas, uva, pasteles, etc. y flores como violetas y rosas eran habituales y se hacían llegar al difunto a través de un conducto de cerámica o de un orificio situado en la cubierta de la tumba, el tubo de libaciones. Estos actos eran realizados por la familia el día de cumpleaños del difunto. Los difuntos eran honrados de forma general los días de Parentalia, que tenían lugar entre los días 13 y 21 de febrero. Otras fiestas dedicadas a los difuntos y más antiguas fueron las Lemurias, celebradas el 9, 11 y 13 de mayo. Durante estos días las almas cuyos cuerpos no habían recibido sepultura rondaban las casas y el padre de familia realizaba un ritual con habas negras para alejar a los espíritus errantes. Se levantaba, se lavaba las manos como señal de purificación y se metía las nueve habas negras en la boca. Descalzo por la casa iba escupiendo las habas una a una, para que alimentasen a los Lemures, espíritus malignos que atormentaban y dañaban a los vivos, y pronunciaba las palabras del ritual. Al finalizar volvía a lavarse las manos, y sin mirar atrás hacia sonar un platillo y volvía a recitar las oraciones. Así los Lemures habían abandonado la casa y volvían al mundo de los muertos. Los difuntos a los que no se había dado sepultura o celebrado el ritual funerario vagaban errantes sin morada, causando la desgracia a los seres vivos y asustándolos con apariciones nocturnas, hasta que daban sepultura a sus restos y cumplían el ritual funerario. Por ello, incluso a los que morían lejos de la familia y su cuerpo era enterrado en otras tierras, se le celebraba el ritual completo.Las principales inscripciones funerarias de los romanos eran D.M.S., Dis Manibus Sacrum ("Consagrado a los Dioses Manes"), H.S.E., -Hic Situs Est- ("aquí está enterrado"), o S.T.T.L., -Sit Tibi Terra Levis- ("que la tierra te sea leve"). No solía figurar el día de la muerte, se indicaba la edad del difunto, el nombre o la familia a la que pertenecía y finalmente se inscribían unas palabras afectuosas para con el difunto: queridísimo, benemérito, etc.
Los romanos creían que las almas de los difuntos viajaban al mundo subterráneo donde reinaba el Dios Plutón. Las almas eran conducidas por el Dios Mercurio. A este mundo accedían atravesando la laguna Estigia, en una balsa conducida por Caronte, que previo pago les conducía a la otra orilla. El mundo subterráneo estaba custodiado por un perro de tres cabezas Can Cerbero. Allí, las almas eran juzgadas y tras el veredicto eran conducidas a la región de las almas bondadosas o malvadas. Siete eran las zonas que se diferenciaban en le mundo de los muertos: La primera estaba destinada a los niños, no natos, y no podían haber sido juzgados. La segunda es donde estaban los inocentes ajusticiados injustamente. La tercera correspondía a los suicidas, la cuarta era el Campo de Lagrimas donde permanecían los amantes infieles. La quinta estaba habitada por héroes crueles en vida, la sexta era el Tártaro donde se procedía al castigo de los malvados y por último la séptima, los Campos Elíseos, donde moraban en la eterna felicidad las almas bondadosas. Allí la primavera era eterna y se podían bañar en las aguas termales del río Leteo, que hacían olvidar a los muertos su vida pasada.

Agenda clásica (http://www.amuprolag.es/materiales.htm)